carta #6

lunes, febrero 28, 2011

Buenos días, mujer

curioso resulta mirar el calendario, cuando el tiempo real y el que nos parece haber vivido, simulan transitar calendarios diferentes. Hace justo una semana, llegó mi cuerpo, a este país del olvido, y en mi mente, me parece llevar meses deambulando por sus calles bajo su cielo.

Vine aquí para olvidarte, y me maldescubro tratando de encontrarte en cada percepción de mis sentidos. Busco tu música en el aire, en ese aire que me envuelve y me cierra los ojos acariciándome la piel. Y como una maniobra repetida cientos de veces, sin por ello dejar de ser tan excitante como la primera vez, me sorprendo desprotegido iniciando un baile.

En ese baile, sintoniza mi cuerpo el despertar del amor, cuando tus ojos, convertidos en humo y orquesta, invitan a tus manos a disfrazarse de luz tenue, mientras recogen por las figuradas baldosas en que se transformaron tus piernas, los restos de mi alma vertida sobre tu sombra.

Ese baile podría durar dos amaneceres, si pudiera evitar que la orquesta de tus ojos callara...

Y así me desnudo, entre sueños y bailes, y el recuerdo de tus ojos, sin saber si realmente, lo que quiero es olvidarte...

Me despido, enviándote la mejor de mis sonrisas, porque como bien sabes, acá, no traje besos...

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